Sé que todo lo ha
hecho para despistar y hacernos mirar a otro lado mientras sigue aumentando el
desempleo, los desahucios y los recortes en sanidad (entre otros muchos). Pero
es un señor al que últimamente le he cogido bastante manía y me apetece hablar
sobre él, ya que las cosas importantes de las que toca hablar se las dejo a la
gente que cobra, que por algo son profesionales (aunque ya veréis cómo pecan al
igual que yo, como siempre)
José Ignacio Wert planteando su reforma |
Esta semana el ministro
de educación, cultura y deporte, José Ignacio Wert, ha protagonizado un nuevo
capítulo en sus aventuras para españolizar a todos los niños del país. Parece
que ve como una amenaza cualquier tipo de inteligencia. Claro, tiene miedo de
que por fin se dé cuenta alguien que un niño de 12 años es más lógico y racional
que él. Pues eso es solo lo que parece, en realidad (“en verdad” en Albacete)
lo que le preocupa a Wert es que los reality shows de la tele se queden sin
participantes, porque como he averiguado, inventándomelo ahora mismo, el señor
ministro es un gran seguidor de estos programas. Por eso ha ideado un entramado
plan para acabar con la educación.
Lo expuesto en el
párrafo anterior no lo puedo demostrar, pero sí que por culpa del ministro nos
vamos a quedar sin una parte importantísima e imprescindible de nuestra
cultura: las cuatro lenguas.
Catalán, euskera, gallego
y castellano, las cuatro lenguas oficiales de España, las cuales tienen la
misma historia e importancia. Tres de ellas tienen el mismo origen, el latín,
aun así la única lengua que importa al gobierno es la última. Claro, el
castellano se habla en todo el país, pero eso no significa que el resto tengan
que permanecer en un segundo plano.
Tanto el castellano
en las comunidades bilingües, como los otros idiomas en el resto de España son
piezas importantes de su cultura histórica, por lo que el señor Wert, como
ministro de cultura, debería facilitar la enseñanza de cada una, evitando que
se pierdan en el olvido, ya que estaríamos perdiendo partes de nosotros mismos.
Entre las censuras
que se están viendo en las televisiones públicas, todas las leyes que dificultan
el derecho a manifestarse (como el pretender prohibir grabar a los
antidisturbios, ¿por qué? LEÑA) y los obstáculos, cada vez mayores, que imponen a las tradiciones de ciertos
puntos de España, están provocando la involución de todos. En vez de progresar estamos yendo hacia atrás.
Como dijo Joan Fuster:
“Tinc dret a ser com soc, ni que només siga perquè m’han
parit així. I aquest és el problema si tu tens la mateixa pretensió”
“Tengo derecho a ser como soy, aunque sólo sea porque me han
parido así. Y este es el problema si tu tienes la misma pretensión.”
Y para concluir tengo
una propuesta para los siguientes gobiernos: ya que el presidente del gobierno
tiene que representarnos a todos, ¿por qué no se le obliga a aprender los cuatro idiomas?
Ahí lo dejo.